¿Por Qué Tan Cambiado? - Mis Ataque De Pánico, El Inicio De Un Nuevo Camino.

Photo by Daiga Seiberg 

En 2021, durante la pandemia, tuve una serie de ataques de pánico estando solo en mi departamento en Condesa, Ciudad de México. Mientras vivía mi "sueño" de "rockstar", yo diría de rockstar tóxico. 

El miedo, sumado a la tristeza por el engaño de Karla, mi más reciente novia, sumado a todos mis patrones negativos que me hicieron enredarme en dramas muy grandes con Dakmar, otra novia pasada... 

Durante la pandemia, las calles se vieron asoladas, la incertidumbre económica, la inseguridad, ambulancias y patrullas despertándome durante toda la noche, las noticias contando las peores tragedias, atenuando el estrés con marihuana... 

El primer ataque de pánico me vino con una sensación de dolor en el pecho, como una tristeza acumulada, como... unas ganas de llorar, lo cual fue causado por tomarme un baño con mi ex, cuando, al mismo tiempo, traía sentimientos de repulsión hacia ella por haberme "engañado". Tan solo, no podía estar solo. 

Le pedí a Karla que necesitaba salir de inmediato de la regadera. Me dirigí a mi habitación y encendí la TV, clic en YouTube y busqué "ejercicios para el chakra del corazón". La sensación era indescriptible. Comencé a hacer ejercicios basados en la apertura del pecho, y sentí un ligero alivio.  

Karla, permaneció conmigo esa tarde, y a pesar de no sentirme a gusto con ella. Se supone que la relación había terminado ya. Discutimos. Recuerdo me aventó una botella con agua. Mi comportamiento, no era sano ya. Mi agresividad pasiva. Nos reconciliamos. Esa tarde al intentar dormir, noté que tenía miedo a dormir. 

Este miedo a dormir, creado principalmente por el trauma previo con Dakmar, con quien después de haber vivido un par de meses, y fascinado por su acento venezolano, mis viejos patrones de casado, no sanados, se hicieron presentes, mientras jugaba al súper man, tratando de cambiar su inclinación por el alcohol, el cual adormecía el dolor por su hija, en los brazos de su archienemigo, el exesposo, centro de sus conversaciones. Durante la última discusión, con Dakmar, sus uñas desgarraron mi rostro, mis brazos; esto, después de haberle picado el ego, con tal de que me dejara. Vivía en la insanidad. Manifestando todos mis deseos oscuros, encaminado a mi propia destrucción. Escondiendo mis miedos. Encerrado en mi estudio. Dakmar terminó en la cárcel, y yo, encerrado en mi departamento, con miedo a salir y ser asesinado en venganza por mis deseos de venganza.  

Ni mis contactos con la policía local, con la cual solía comprar y vender drogas, pudieron darme la seguridad para conciliar el sueño. Notaba mi corazón latir más fuerte. Me preguntaba por qué no pude dormir esa tarde. 

La ansiedad comenzó a crecer. Karla quería regresar a la relación que teníamos, pero ya no confiaba en ella. 

Alrededor de las 10 pm, intenté dormir, no lo logré. Mi mente empezaba a jugar con el miedo a que tal vez nunca pudiera dormir de nuevo. Qué pasaría. Cómo me sentiría. Sentía mi cuerpo frío. No debería tener frío, ¿qué me sucede?. Comencé a temblar. Me puse unas calcetas. Sonaba los dientes al hablar. -¿Soy solo yo quien siente frío? -Karla solo miraba. Tuve el primer ataque de pánico. 

Sentí volverme loco. Pude experimentar un estado, al cual le llamo "creativo extremo", pero esta vez mi cabeza no podía parar. No sé cuantos minutos estuve en este lugar. Presencié una sucesión de creaciones involuntarias en mi cabeza, voces, imágenes, todo fue involuntario. Tan solo confiaba en una persona... Le marqué a Angélica. Angélica, quien ha sido mi confidente, mejor amiga y manager, respondió a mi llamada, como siempre, de inmediato. Angélica es la única persona a la cual puedo llamar a las 3 am y siempre contestará el teléfono.  

-Bebé, dime que todo está bien. No sé qué me pasa, me siento muy mal. 

-¿Qué sientes? 

-Siento todo el cuerpo frío y tengo miedo, miedo de todo. Dime todo va a estar bien. 

-Bebé todo estará bien. Respira. Tranquilo. 

Lo que vi, en este primer ataque de pánico, fue tal vez la respuesta, a lo que tanto buscaba días anteriores. Me preguntaba, cuál era mi potencial creativo. De algo estoy seguro ahora, nuestro potencial, es ilimitado y si usáramos nuestro cerebro en su totalidad, no seríamos quienes somos. Para estar cuerdos, necesitamos estar siempre en control de nuestra mente. 

No logré dormir. No sé si realmente dormí, no podía distinguir entre la realidad y mi mente, caí en cuenta de yo, no era mi mente, era tan solo un observador. Este entendimiento, a través de una hermosa meditación que encontré en YouTube, fue lo que me ayudó a tocar base con mi respiración y calmarme, una y otra vez. Algunas noches tenía que escuchar esta meditación guiada hasta 6 veces. 

Karla parecía estar entre asustada y ser la persona menos indicada para asistirme en este estado. 

Estuve todo el día dopado por los nuevos medicamentos alternativos que conseguí en una tienda de Condesa. Asistido por una exalumna de guitarra y una amiga masajista que conocí un día de un modo fortuito. Me resistí a tomar químicos. 

Tenía tanto miedo de vivir medicado de por vida. Intenté ver a un psiquiatra, no era posible, por la pandemia. Al siguiente día, logré hablar con un psiquiatra, servicio del gobierno, quien fue nada sensible conmigo y no pude saber qué hacer, que tomar, qué dosis, ¿químicos de por vida o medicina alternativa? A pesar de que Karla se había ofrecido a pasar la noche conmigo, sabía que nadie haría por mí, lo que yo mismo no haría. Esa noche, tras otro ataque de pánico, solo mirando el retrete podía recordar que aún estaba en esta realidad, ya no sabía si era por el medicamento, o era mi mal estado mental; le marqué a Lolo. 

Había conocido a Lolo por Tinder. Mi dependencia emocional, necesitaba a alguien, físicamente cerca, pues Angélica vivía en Guadalajara. Le marqué. Su manera de ser, me resolvía los miedos. 

-Si te vas a morir, pues muérete, dile eso a tu cabeza, yo tuve lo mismo, ningún medicamento te va a salvar. Aquí estoy en la casa, si quieres venir... o si quieres voy por ti. 

-Si , por favor, ven por mi mañana. 

Lolo llegó en su camioneta, no podía evitar quedarme perplejo por su belleza, chaparrita y preciosa. Podía sentir su corazón enorme, incluso antes de abrazarla. Por supuesto que me gustaba, sin embargo, mi estado mental, no me permitía concentrarme en alguien más. 

Llegamos a su hermosa casa. -Ven, ven a conocer a mis perritos. Cuando salí al jardín, sentí la necesidad de quitarme las botas y pisar el césped. Cuando lo hice, tuve una sensación como de alivio. Como si los medicamentos empezaran a hacer efecto. Permanecí en el jardín, jugando con sus perros, acostado en el césped, mientras Romina (mi perra) reconocía nuestro nuevo hogar temporal. 

Me enredé en una nueva relación con Lolo, por supuesto. Sin embargo, esta vez, comencé a notar en mí, todos los patrones insanos. En mi, en ella. Incluso, aunque la relación finalizó de una manera menos dramática, aún era dramática. Contaré esta historia en otro post. 

Después de una discusión con Lolo, me encontré solo en mi departamento, frente a mi dependencia emocional, ¿adicción emocional?, ¿sexual?... -"estoy cansado de esto". 

Le marqué a Angélica y le conté de mis nuevos planes. -¡Estás loco!, ¿qué vas a hacer con tu Depa, tus cosas? ¿Romina? 

-Bebé, me voy, luego resolvemos lo demás. 

Este fue el inicio de este viaje, de este camino, el cual tú y otros amigos notan. Este viaje de sanación interior. 

Con el dinero que traía en la cuenta, me fui a Mazunte, Oaxaca, un 23 de diciembre de 2021. 

No encontré lugar en donde hospedarme, pues no había previsto. Incluso no se me antojaba la misma vida. Sentí un desprendimiento increíble. De todo. Dormí las primeras 17 noches en una casa de campaña, usando las mismas dos prendas de ropa. Viví los mejores 17 días de mi vida, bailando cada noche, despertando con la salida del sol y despidiendo el día con la puesta del mismo. El segundo día conecté profundamente con el mar, a solas, llorando todo lo que tenía que llorar. 

Conocí a una de mis mejores amigas, Daiga, en un temazcal, con la cual, entendí que el amor existe fuera de una relación dependiente o sexual. Fue ella quien me presentó The Gene Keys, un libro que presenta las 64 sombras, con sus 64 regalos. Generé mi perfil y al día de hoy sigo estudiando y haciendo shadow work. 

Seguir contando mi viaje desde aquí, convertiría este post en un libro. Lo cual no es mi intención. Mi intención es contarte mi historia. Para conectar contigo, para que me conozcas y tengas la valentía para contar al mundo tu historia. Ser quienes somos en realidad, y sobre todo, ser vulnerables. 

Si estas pasando por lo mismo que yo, si tu vida está dormida, o te sientes atrapado en un departamento, en tu ciudad, en tu mismo trabajo, desconectado de la naturaleza y de ti mismo, viviendo dramas amorosos, estresado, soñando con ser independiente y viajar, tenemos mucho qué compartir. Conectemos y cuéntame tu historia.

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