Cecilio

Hoy falleció mi abuelo. Por supuesto él iba a hacer todo lo posible para ir hacia donde mi abuela.  

Yo estoy feliz por él: al final, conquistó a la mujer de sus sueños y tuvo una familia basada en el amor.  

Su manera tan cariñosa de llamarme «chamo», palpitarán por siempre en mi eco chamber interno, hasta que  yo salga como él de este mundo, en búsqueda del entrañable abrazo y la voz de esa mujer que algún día con amor, soporte mi demencia senil temprana.  

Recuerdo mucho su bicicleta, donde sospecho que alguna vez me llevó a la tiendita —era demasiado pequeño como para ahora recordar—. No hay más en mi cinta. Lo que parece ser un small room en mí, estoy seguro que realmente es un eco eterno mayor a los 9.2s: su amor.  

Es increíble cómo un par de abuelos pueden regresarte cualquier esperanza, con tan solo saber que existieron, se amaron y te amaron de tal manera.  

Estoy seguro que él ha leído esto, mucho antes de haberles compartido.  

Cecilio, ojalá en otra vida seas tú quien me cuide al jugar en la calle. Buen viaje. Dile a mi abuelita que la extraño.

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