Pues
para mí, el café,
no es de color café;
mucho menos sus ojos.
Para mi,
el café,
es negro: como sus cabellos
y esos,
sus ojos
que también son míos algunos Sábados por la noche para amanecer Domingo
Y el abismo profundo en su mirada...
Dejen de joder, que el café, no es café.