Quiero obsequiarte flores,
y "quiero" lo pronuncio con un titubeo,
un miedo que se esconde en lo profundo,
si no es con ella, es contigo, lo sé.
Y si contigo es, temo perder el rumbo.
¿Qué nos queda al final del camino?
¿Morir por una dama, acaso una sola?
Tomamos distancia, duelen los versos,
tú misma me lo has susurrado al oído.
¿Quién es tu amante?
¿Acaso no aquel que despierta los versos más apasionados
o los guarda en su letargo?
El invierno se avecina,
envuelve todo,
me siento tuyo,
prisionero de tu recuerdo,
cada día en ti mi pensamiento se sumerge.
Tu bañera, mi música,
tus libros esperan,
aguardando su lectura,
mis manos,
anhelando el roce de tu piel.
Más hay por delante, ¿y después, qué nos depara?